A veces me pasa que empiezo una oración con una convicción inobjetable y a la mitad del asunto, me doy cuenta de que no tanto. Por ejemplo, cuando pienso en vos:
Tengo la certeza absoluta e inequívoca de que seguramente es altamente probable que quizás exista la posibilidad cierta o al menos razonable de que tal vez potencialmente con un poco de optimismo podría ser que a lo mejor aunque en realidad tenga mis dudas de que difícilmente ni a duras penas pero ni remotamente resulta absolutamente imposible que.
Y cuando me pasa esto, no sé si es Mabel metiendo mano o simple raciocinio (pero feliz San Valentín).
domingo, 14 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Leer eso fue como leer a mi mente.
ResponderEliminarmuy bueno me mori de la risa! me pongo a leer el resto es casi adictivo!
ResponderEliminaray los caminos de la mente... ay Mabel Mabel...
ResponderEliminar